lunes, 25 de agosto de 2008

Y bueno, me levanté y descubrí. Descubrí que era el día perfecto para ser feliz, no iba a esperar ni uno más. Descubrí que tenía esa gente que quiero conmigo de nuevo, como siempre. Descubrí que están lo que no fallan, los que a pesar de todo se acuerdan de vez en cuando, los que rezan por vos, los que te dicen las cosas, los que no hace falta que te lo digan, los que te divierten y los que te ayudan a crecer. Los que te hacen feliz. Todo eso descubrí, porque ya estaba ahí; no lo inventé, sólo abrí los ojos frente a mi realidad. La de todos los días y la que muchas veces no sé ver. Miro pero no veo, descuido mucho y lo valoro cuando lo pierdo. Pero desde ayer me prometí nunca más. Bienvenida mi nueva verdad. CADA DÍA COMO EL ÚLTIMO .